La Habana 17 de junio 1962

Querido Arturo

Ya van hacer 3 meses que salí de Lima. ¿Nuestra despedida, te acuerdas?. ¡Todo ahora me parece tan lejano, tan raro!. Siempre pienso en ti, en tu incomparable amistad. Si algún amigo tuviera que recordar, es decir, si tuviera que escoger solo uno estarías tu presente con tu generosidad, con tu espíritu limpio y claro. No te digo esto solo por adularte, tú sabes que es cierto, para eso están de testigos “Platero”, la bajada de los baños, “la casa de la poesía” y nuestros amigos, Tato, Paco, las Bustamante, etc, etc. Hoy en especial te recordábamos con Mario, tú sabes también lo que él te quiere y estima.

Desde que llegamos aquí estamos por escribirte y recién ahora nos decidimos (¿la llegaremos a mandar?). ¡Cuánto daríamos por tener noticias directas de ustedes, cuánto daríamos por estar un día de nuevo en la casa de Barranco, reunidos con César, Washington y tantos otros!

(Esto quiere decir que debes de escribirnos, que no debes dejar un día sin hacerlo, que si no lo haces te maldeciremos desde aquí con todas las palabras y todos los insultos).

La Habana (lo sabía por ti) es una ciudad hermosa. Con Mario casi todas las noches nos vamos a la Habana Vieja, caminamos hasta la Bahía, tomamos una gaseosa y nos sentamos a ver el mar, las palomas del Parque Central, los árboles y las casas. Habíamos hablado ya de que tú pudieras venirte. Lo has pensado, te has decidido?.

Si piensas hacerlo, no dudes ni un minuto, vente a estudiar aquí, podrás conseguir la beca.

Lo que necesitas es el dinero para el pasaje, nada más.

Nuestros estudios van bien, estamos yendo a la universidad, teniendo cursos de nivelación que pronto acabaremos. Mis estudios de cine no los he empezado oficialmente, no sé cuándo los empezaré, pero voy mucho al cine y al teatro. He visto películas extraordinarias, una primicia mundial, la segunda parte de Iván el terrible, con algunos rollos en colores. Es algo fabuloso. Si lo ves a Washington cuéntale esto que lo va a entusiasmar.

Anímalo a César a venirse. Vénganse pronto, que les irá formidablemente. A ….(no se puede decifar) y a Teresa diles que los recuerdo mucho y a todos los amigos (Tato, César, Paco y a todas las chicas) diles que no les escribo porque no se si llegarán las cartas. ¿Cuál es la mejor manera de saberlo?. Contéstame inmediatamente cuando recibas esta y ya verás como nuestro diálogo será fluido sin interrupciones. A todos sin excepción salúdalos de mi parte y de parte de Mario.

Te abraza siempre tu amigo,
Javier Heraud

 

¡Contéstame pronto!
¡Patria o muerte!
¡Viva nuestra revolución socialista!

Abrir carta de Javier Heraud a Arturo Corcuera