Madrid 12 de junio 74

Queridísimos Arturo y Rosi; nos extrañaba mucho no haber tenido nunca noticias vuestras y ayer la sorpresa fue grande y gozamos muchísimo. Como es lógico siento mía a Nadia Ana, y daría cualquier cosa por verle la carita aunque fuera un segundo; gracias de corazón por ese detalle tan hermoso y que mi Peruanita crezca tan divina como Javier y Rosamar. ¡Gracias Rosi!

Os quiero mucho, muchísimo y ojalá podamos estar pronto otra vez juntos.

Me imagino los malos ratos del apéndice y el parto; a veces misteriosamente todo se junta para hacernos bien la pirueta. La foto es preciosa y por favor decirles a “mis niños” que sigan amaestrando la lora para que cuando yo vuelva la pueda oír personalmente.

Me pareció acertada la decisión de Antonio de dejar ese puesto, me alegra porque me tenía realmente muy preocupada porque él no lo sabía llevar como tú, Arturo, que ya te las sabes todas y toreas a la señora con verdadera mano izquierda. Espero con verdadera impaciencia tu libro y una foto de Nadia Ana.

Muchas cosas cariñosas para tu madre que es un encanto, Antonio y María Antonia, Teresa y Tomás, a Perú entero y para vosotros todo el cariño que cabe en un corazón.

                                                                                                                                Vuestra Nadia

En mi estudio hay camas suficientes para cuando vengáis; mis trabajos tienen un sello incaico evidente aunque sean actuales; días pasados he expuesto con éxito. Os debo una pieza. Besos para los cincos.

Abrir carta de Nadia Consolani a Arturo y Rosi